martes, 14 de enero de 2014

UNA RESEÑA SOLARÍSTICA



 
Reseña publicada originalmente en la web de Bibliotecas Públicas Municipales del Ayuntamiento de Madrid


Stanislaw Lem (1921-2006)
Una de las obras maestras de la Ciencia Ficción, y de las que más fascinación han ejercido en el género (y aun fuera de él), se publicó al otro lado del telón de acero, concretamente en la Polonia comunista de 1961. Se trata, cómo no, de Solaris del escritor de origen judío Stanislaw Lem. A semejanza de Moby Dick, de Solaris puede decirse que es un libro de libros, una obra críptica en cuyo esqueleto se articulan de forma caprichosa  tramas y registros. Hay, cuando menos, tres libros dentro de él:

De una parte, está el enredo narrativo, la historia que le da continuidad en superficie. El experto psicólogo Kelvin es enviado a la estación de Solaris para investigar los extraños comportamientos de su tripulación. Allí se encuentra unas instalaciones sumidas en el caos, habitadas por dos tripulantes de actitud esquiva y hermética, más un tercero que se ha suicidado días antes de él llegar. Al parecer, todos han sido víctimas de sucesos anormales que, de primeras, no le quieren referir... 

De otra parte, está la reflexión científico-metafísica sobre la incógnita de la vida en otros puntos del Universo, así como de la posibilidad, o más bien imposibilidad, de establecer contacto con dicha vida alienígena. Como si de una digresión filosófica se tratara, hay capítulos enteros dedicados a documentar y argumentar el enigma de Solaris, la “ciencia solarística” de la que habla el autor. Ese enigma se plasma vívidamente en la imagen de los visitantes. Solaris es capaz de leer las mentes de los humanos durante el sueño para crear réplicas a partir de sus recuerdos. Kelvin no verá libre de esta circunstancia: al despertarse al día siguiente, descubre a su lado a su esposa fallecida años atrás, de la no podrá evitar volver a enamorarse. Estas apariciones recuerdan la esencia de la Metamorfosis de Kafka: “Al despertar Gregorio Samsa una mañana...”, y constituyen una reflexión sobre la propia psique humana.

Ilustración de Dominique Signoret para el océano de Solaris

Y por último, está el tercer libro incluido dentro de la sucinta enciclopedia que es Solaris. Es el libro del océano, del gran mar inteligente que cubre por completo el planeta de los dos soles. Algunos de los pasajes más espectaculares de la obra son las descripciones en detalle de los fenómenos físicos que se dan en él: la niebla, los amaneceres y atardeces, las tormentas... Pero, sobre todo, las asombrosas formaciones de su superficie: las simetriadas, asimetriazas y mimoides. Lem las imagina como catedrales de agua sólida que se yerguen en altura, se abren en arcadas, se cierran en bóvedas y se colapsan ante los ojos atónitos de los observadores humanos.

Como se sabe, la obra fue llevada al cine en varias ocasiones, destacando la aproximación del ruso Tarkovsky en 1972, y la del americano Soderbergh en 2002.

Fotograma del filme de Tarkovsky (1972)

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