Publicado originalmente en: web de Bibliotecas Públicas Municipales de Madrid
Tony Bennett (1926 -) es aún en vida uno
de los cantantes americanos más prestigiosos, contemporáneo de Frank Sinatra o
Dean Martin. Con una voz poderosa, rota y sumamente trabajada, su carrera se
dirigió desde los comienzos hacia el mundo del jazz, depurando su estilo en
cada grabación y show en vivo. Por su parte, Bill Evans (1929-1980) quizás haya
sido uno de los pianistas más influyentes de la historia del jazz. Educado en
el impresionismo de Debussy y Ravel, y luego en el jazz modal, se hizo famoso
por su colaboración con Miles Davis en el mítico Kind of Blue (1958), en
el que sus progresiones al piano resultaron fundamentales para conseguir la
atmósfera mágica del disco.
Ambos artistas sintieron durante años
admiración mutua. Tras mucho cortejarse en los medios artísticos, decidieron
encerrarse en un estudio, sucesivamente en 1975 y 1976, para grabar dos discos
con un repertorio vocal de jazz. Buscaron la tonalidad adecuada de cada
canción, la que mejor se adecuara a la voz depurada de Tony. Bill trabajó los
arreglos y armonías de cada tema, las modulaciones y repeticiones, en su estilo
personal.
El resultado fueron dos discos fascinantes
que se han publicado recientemente en formato único digital, bajo el título The Legendary
Sessions. La voz potente y aterciopelada de uno se acopla por sorpresa al
toque sucinto del otro, en temas como "Young and foolish",
"Waltz for Debby" o "The two lonely people". Música que
despide el calor de la noche americana, donde la ciudad se detiene, la
seducción se lleva a cabo y los luminosos jalean el amor entre desconocidos.
Cuando Bill Evans llamó a Tony Bennett
para despedirse de él en el verano de 1980, enfermo de muerte por su adicción a
las drogas, al no poder contactarlo al teléfono, le dejó un mensaje conmovedor
en su contestador: "Quería decirte solo una cosa: piensa únicamente en la
verdad y en la belleza. Olvídate de cualquier otra. Concéntrate solo en la
verdad y en la belleza. Eso es todo".
Este disco, que son dos en uno, parece un
compendio de ese testamento artístico: piano y voz al desnudo; verdad y belleza
en clave de jazz.
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